Concurso Polo Educativo María Elena Walsh
Argentina, 20XX
Ciudad y barrio, un mismo tejido
El Polo Educativo se implanta en un área marcada por rupturas entre lo formal y lo informal. La propuesta busca suturar esas fracturas calibrando escalas: lo peatonal y lo barrial por un lado, lo institucional y educativo por el otro. Un espacio que convoca a la comunidad e invita a apropiarse de sus patios, pasajes y programas.
Vacíos que generan vida
La planta baja y el primer piso se conciben como espacios abiertos al encuentro: educativos, recreativos y sociales, siempre en relación estrecha con los vecinos. Cuatro patios pasantes ordenan el conjunto, actuando como fuelles entre lo público y lo privado. Pasajes longitudinales y terrazas verdes completan una red de lugares accesibles, permeables y apropiables.
Educación y comunidad
El programa educativo se articula desde los niveles inicial, primario y secundario hasta laboratorios, talleres y biblioteca, esta última pensada como nexo directo con el barrio. Los niveles superiores albergan unidades operativas y áreas de gestión, con patios y terrazas en altura que garantizan aire, luz y espacios de descanso. Una escuela que no se cierra: se abre, se expande y se proyecta hacia afuera.
Racionalidad constructiva
El edificio se estructura en una grilla modular de 2,5 x 2,5 m que optimiza recursos, simplifica la construcción y ordena los espacios. Servicios agrupados, circulaciones claras y visuales abiertas aseguran eficiencia y economía sin perder carácter. Una síntesis de austeridad y funcionalidad.
Arquitectura sustentable
El diseño bioambiental incluye ventilación cruzada, terrazas verdes, colectores solares, paneles fotovoltaicos y recolección de agua de lluvia. Las fachadas incorporan parasoles y aleros calculados para reducir radiación en verano y optimizar el confort interior. Tecnología y naturaleza trabajan juntas para hacer de este polo un espacio eficiente, adaptable y responsable con el entorno.